domingo, 18 de marzo de 2012

Escrito

La rectitud

Mi rectitud es mi odio,
mi bronca y enfermedad.
Mi rectitud es mi afán y mi silencio
es mi reacción.

Mi lentitud se ha ido a algún lugar azul,
mientras la sangre se vierte y se extiende en la herencia.

Mi rectitud sabe cuando apagar la luz
en los espasmos de mi ansia.
Mi rectitud me prohíbe enfermarme
aunque esté enfermo y ya no sirva
para aquellos que aman la rectitud,

aman la necesidad, aman la prolongación
de su bienestar.

Mi rectitud,
hizo todo lo que tendría que haber hecho
y aún así se murió y antes estuvo enferma.
Mi rectitud
es un hombre que no dijo nada
pero hizo todo por los demás,
dio la vida, el pecho y el alma
aunque no se sepa qué es.

Mi rectitud a veces es una trampa,
en la que caigo esperando que suceda lo mismo de antes,
sigo esperando que vuelvan los que ya no van a volver,
sigo esperando que vengan a visitarme los que me visitaron ayer.

Mi rectitud es una trampa.